15/7/15

Finalmente antes nuestros ojos: el Machu Picchu

Buenas!!! Qué tal?
Estamos en el tren regresando de nuestra visita al Machu Picchu y ha sido un día largo, cansado pero inolvidable.

Desde Cusco cogimos un taxi para que nos acercara a la estación de autobuses para ir a Ollantaytambo (porque íbamos con los mochilotes y el taxi aquí es realmente barato) y de camino el mismo taxista nos ofreció llevarnos a nuestro destino por 80 soles (24 euros) en un trayecto de casi dos horas. Y aunque era el doble que el autobús (nuestro plan inicial) finalmente optamos por la comodidad. El taxista fue muy amable e incluso paró en un mirador a medio camino para que tomaramos fotos.

Ollantaytambo es un pueblecito pequeño pero con encanto que también posee construcciones incas dignas de visitar. En este tramo del viaje hemos parado básicamente porque es uno de los dos puntos principales de salida de los trenes que llevan al Machu Picchu, en concreto al pueblo de Aguas Calientes (también conocido como Machu Picchu pueblo). Como nuestro tren salía a las 15:00, paramos para comer algo en el Hearts Café (Avendio Ventiderio) y luego nos fuimos hasta la estación.



Hay que decir que todo lo que envuelve a Machu Picchu es lógicamente un negocio y es lo que aporta beneficios a los habitantes de la zona, pero los precios nos han parecido exagerados si los comparamos con otras zonas turísticas importantes que hemos visitado anteriormente en otros países. Para que os hagáis una idea, el tren de Ollantaytambo a Aguas Calientes (de una hora y media de trayecto) son unos 100 euros ida y vuelta y resulta ser la única forma de llegar (y por tanto la más popular). Una vez en el pueblo, el autobús que te sube hasta la entrada del recinto de Machu Picchu son unos 10 euros por trayecto (25 minutos). Se puede subir caminando? Sí, pero hay que tener en cuenta que el ascenso se hace por una escalera empinada de piedras escarpada, con la que después de más de una hora de subida llegaréis sin aliento.
Otra cosa que es cara es la entrada en si al Machu Picchu que son unos 50 euros si incluye una subida alternativa al monte Huayanpincuh del que luego hablaremos. Total, que entre pitos y flautas la visita a las dichosas ruinas cuestan un ojo de la cara. Pero afirmamos rotundamente: vale la pena!

Total, ayer llegamos a Aguas Calientes:


Este pequeño pueblo turístico vive por y para el Machu Picchu. En realidad no son más que dos calles principales llenas de todo lo que cabe esperar de un lugar así y si caminas un poco más allá encuentras un pueblo a medio terminar, pisos en construcción, marañas de cables eléctricos, manadas de perros callejeros y en definitiva, donde viven los locales. 
Su gran estatua del rey Inca nos da la bienvenida a los visitantes desde el centro de la plaza principal.


En la estación nos esperaba una chica del hostal (se ve que es muy común aquí que te vengan a recoger con un cartelito con tu nombre) y nos llevó hasta el alojamiento Hostal El Tambo. Las habitaciones no eran baratas para ser Perú (15 euros por persona en habitación cuadruple, baño privado y desayuno) pero estaba bastante bien, además que las dueñas nos han tratado de maravilla, así que os lo recomendamos. 

Ahora nos tocaba prepararnos para el día siguiente: comprar el billete del autobús, comprar comida y agua e irnos a dormir pronto porque había que madrugar. 

Para evitar quedarnos sin soles comprando en los supermercados trampa-turística, hemos ido directamente al mercado y allí hemos comprado panecillos (8 céntimos), aguacates (34 céntimos, además de estar buenísimos), queso casero (un cuarto 1 euro y medio) y una lata de atún (2 euros) y nos hemos hecho los bocatas nosotros mismos. Con esto, fruta y agua, tenemos el menú listo para la excursión.

Después de dar las típicas y necesarias vueltas en busca de un restaurante bueno, bonito y barato para cenar y dar por perdida esta opción, sucumbimos a la labia de un encargado de un local con buena pinta, pero que (era de esperar) resultó ser tan malo y turístico como todos los demás. Nos costó 10 euros un menú completo, así que tampoco nos podemos quejar, pero la calidad brillaba por su ausencia.

Y sobre las 21:30 nos fuimos a dormir... 

A las 5 de la mañana sonaba el despertador. Ducha y bajar a desayunar. A las 6 nos hemos dirigido a la parada de autobuses. Nos habían recomendado subir pronto para evitar las aglomeraciones. Pero nuestras caras han sido un cuadro al ver la larguísima cola que había ya esperando el bus. La verdad es que el negocio lo tienen bien organizado y hay un constante ir y venir de autocares haciendo el trayecto hasta la cima. 

(los autocares dando la vuelta se colocaban al filo de lo imposible)

Al as 6:40 subíamos al bus y en 25 minutos llegabamos a la entrada de la zona arqueológica.

Estaba amaneciendo, lo que nos ha ofrecido una primera vista del Machu Picchu que nos ha dejado con la boca abierta. A medida que ha ido saliendo el sol el juego de sombras y luces sobre las ruinas nos han ido ofreciendo un espectáculo cambiante que no nos ha dejado de asombrar.


El Machu Picchu es una antigua ciudad Inka que se encuentra a unos 2453 metros sobre el nivel del mar. Fue construido alrededor del año 1450 principalmente con rocas de granito gris, que por su estructura y composición resultó ideal para su edificación.

Se cuenta que la función principal del santuario fue la de ser un centro religioso, político y administrativo dentro de un espacio sagrado para los Inkas. Además era considerado el nexo entre los Andes y la Amazonia. 


Desde 1983 el Machu Picchu está considerado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. En 2007 además fue elegido entre las 7 maravillas del mundo moderno, junto con otras tan conocidas como Chichen Itzá, la Gran Muralla China, el Cristo Redentor, Petra, el Taj Mahal y el Coliseo romano.

El Machu Picchu esta considerado como una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería que está en perfecta armonía con la naturaleza. Además representa el legado más importante de la civilización Inka.


Aunque a la entrada al parque hay guías que se ofrecen a acompañarte por el recinto, nosotros hemos preferido ir a nuestro aire. Hemos subido a un lateral desde donde había unas vistas impresionantes de todo el conjunto. Se diferencian claramente cada una de las zonas dentro de las construcciones y si se usa un poco la imaginación puedes llegarte a transportar en la época en que habían sectores agrícolas en los laterales, la gran plaza principal, varios templos, fuentes, rocas ceremoniales y hasta un observatorio astronómico...


 


Hemos paseado, nos hemos hecho fotos (muchas!), nos hemos sentado a admirar el lugar y sentir su energía, hemos observado la bonita flora y algunas alpacas que pastaban tranquilamente entre los visitantes...
 


(a esta alpaca no le ha hecho mucha gracia la visita de Carlos...) 

Pero aquí no acaba la cosa. A las 10 teníamos reservada la entrada a la montaña Waynapicchu (o Huayna Picchu) , que es la montaña más alta que se ve justo detrás del santuario. 


El acceso está muy restringido: sólo pueden entrar 200 personas en cada franja horaria (y sólo hay dos horarios al día). Se suponía que el ascenso se hacía en una hora, pero nosotros lo hemos hecho en la mitad porque hemos ido a muy buen ritmo. Pero hay que decirlo, es una subida exigente, pero no difícil. Está todo bien indicado y hay cuerdas en las que sujetarse, por lo que no hay pérdida, pero una buena forma física ayuda ya que los escalones son altos, la subida empinada y hasta hay algún momento hay que reptar por un tramo de cueva. La gente en general se lo ha tomado con calma y ha ido haciendo descansos de vez en cuando. Muchos no suelen llegar hasta la cima.

 
 









Las vistas de 360 grados desde la cima son sublimes. Hemos disfrutado de las montañas que rodean toda la zona, la neblina matutina que decoraba sus laderas y de la visión del Machu Picchu desde las alturas (aunque no es tan imponente como tenerlo enfrente porque se ve chiquitísimo).




En definitiva ha sido un sueño cumplido que ha superado nuestras expectativas. Tenerlo enfrente no tiene comparación a ninguna foto que hayamos visto antes. El contraste de colores que ha tomado el lugar a medio día: azul del cielo, verde de la hierba y gris de las piedras de la estructura nos ha dejado perplejos. Y cabe destacar el imponente enclave en el que se encuentra que completa su magnitud y belleza.

Para muchos el Machu Picchu es un sitio mágico, para otros espiritual y místico, también misterioso por los enigmas que envuelven su construcción y funciones. Desde aquí os recomendamos que lo visitéis y que sintáis por vosotros mismos la energía que desprende.

La bajada del Machu Picchu la hemos hecho caminando a muy buen ritmo y en 40 minutos estábamos de vuelta en Aguas Calientes (y nos hemos ahorrado los 10 euros del bus). 

Hemos cogido el tren de vuelta a Ollantaytambo a las 18:00 y hoy pasaremos la noche aquí, así mañana por la mañana podremos verlo tranquilamente que también parece bonito.

Ha sido un dia completo, cansado pero estamos súper satisfechos, contentos.

¿Habéis estado alguna vez en el Machu Picchu? ¿Qué os pareció? Si queréis podéis dejarnos vuestra opinión en los comentarios :-)

Un abrazo muy fuerte a todos!

2 comentarios:

  1. IMPRESIONANTE ... me alegra ... que lo hayáis contemplado .... Pap

    ResponderEliminar
  2. Nenes que bonito que paisaje que pedruscos con lo que me gusta a mi todo lo que envuelve la naturaleza, me alegra que vosotros lo esteis disfruando sois unos campeones la palabra maravilloso,
    nosotros bien os queremos un besazo grande Mam

    ResponderEliminar