28/4/15

Estados Unidos: San Francisco

Y llegamos al que fue el último destino de nuestra ruta: San Francisco. Después de ver el parque de Yosemite y de comer, hacia las 4 de la tarde salimos dirección la costa Oeste. Tardamos unas 4 horas y pico que se nos hicieron interminables. Tampoco eran tanto tiempo, pero entre las curvas inciales de la carretera, el que se hiciera de noche pronto y los atascos de entrada a la ciudad, el viajecito nos pareció mucho más largo. 

La pinturesca ciudad de San Francisco goza de las mejores calidades de vida de EEUU (según las encuestas) y no es de extrañar. Es una ciudad limpia, bonita y tiene buen clima. Además en sus calles reina un aire de vitalidad, hospitalidad y tolerancia que la hace destacar sobre muchas otras de este gran país. 

Nosotros teníamos el alojamiento en Japantown (sí, hay un barrio de estilo nipón) en un hotel muy moderno y juvenil. 



Después de pasear por nuestra zona y encontrarnos con tiendas de comida japo, templos y jardines bien cuidados nos dirigimos a Alamo Square, una plaza ajardinada en una zona residencial rodeada de casitas de colores y de típicos "Flea Markets" (mercados de segunda mano). Entre curiosos y locales, la zona estaba muy animada.




Lo que más llama la atención de San Francisco como en cuanto a distribución son las grandes y rectas avenidas que cruzan la ciudad y sobretodo, el gran desnivel que hay a lo largo de ellas, como se puede apreciar en las fotos:

Más tarde cogimos un bus y nos fuimos directos al Castro, el barrio gay por excelencia y donde se encuentra la mejor "nightlife" (vida nocturna) de la ciudad. Allí paseamos, comimos y volvimos por la noche a bailar un rato. En todo el barrio hay referencias a los personajes importantes de la historia que allí lucharon por los derechos LGBT como Harvey Milk y a los acontecimientos más relevantes que hicieron de Castro un referente mundial en libertad y tolerancia.





Al día siguiente por la mañana nos dirigimos a una de las zonas principales y más variopintas de San Francisco, el Fisherman's Wharf. Este barrio de costa es uno de los más visitados pues está repleto de museos, restaurantes, tiendas, etc... Además hay diferentes "piers" (muelles) donde atracan los barcos y se puede comer pescado fresco y platos típicos como el "clam chowder" (caldo de almejas dentro de un par redondo).


Pero el más famoso sin duda es el Pier 39, entre otras cosas por unos habitantes muy especiales que se han adueñado del luegar, que no son otros que los cientos de leones marinos que campan a sus anchas sobre las plataformas flotantes del puerto.


Más tarde nos dispusimos a hacer la actividad must-do de San Francisco: cruzar el Golden Gate Bridge (el puente-emblema de la ciudad). La manera más típica es alquilando una bici y cruzándolo sobre dos ruedas (la opción turística, sin duda jaja). En la zona del puerto Fisherman's Wharf hay multitud de sitios de alquiler y allí nos cogimos unas bicis y nos fuimos a pedalear dirección al puente. Desde allí hay un paseo martítimo muy chulo lleno de zonas verdes, parques y mucha gente haciendo lo mismo que nosotros.




Una cosa que sorprende de San Francisco, es que en pleno verano, no hace tanta calor como en el sur de California. El ambiente es fresco y el viento es frío. Como dijo Mark Twain: "the coldest winter I ever spent was summer in San Francisco". No es para tanto (le diríamos al señor Twain) pero ciertamente sorprende. Además como se puede ver en las fotos pillamos un día cubierto de niebla (cosa que es bastante común allí). Y aunque no pudimos apreciar el puente y las vistas al 100%, la niebla le daba un toque más interesante.


Este frío nos lo encontramos, sobretodo, cruzando el puente. Tuvimos mucho viento en contra y eso hizo que tardaramos más y nos costara más también. Desde el puente teníamos vistas de Alcatraz. Esta famosa prisón ya en deshuso se encuentra en un islote en el centro de la Bahía de San Francisco, a la que se puede acceder en ferry para visitarla.

Después de comer y reponer fuerzas llegamos a la famosa Lombard Street, seguramente uno de los puntos más fotografiados de la ciudad, pero que en realidad no deja de ser una simple calle repleta de curvas casi imposibles. Se creó con el objetivo de reducir la pendiente que presentaba la calle y hoy en día hay hasta cola para bajar por la calle.


A media tarde nos dirigimos al centro al Civic Centre, típico centro de ciudad moderno y repleto de rascacielos, restaurantes y centros comerciales.




Entre tanto gran edificio llegamos al barrio de Chinatown. Éste es el barrio chino más antiguo de norteamerica y la comunidad asiática más grande fuera de Asia. Sin duda un lugar para ver y dejar de sentirse en América durante un rato.



Hay multitud de restaurantes y bazares chinos repletos de objetos coloridos, de esos que comprarías pero que en realidad no necesitas. Aunque la que más nos gustó fue esta minúscula fábrica de galletas de la suerte. Esas que están huecas por dentro y contienen una frase que el azar atribuirá a tu futuro. No pudimos evitar comprarnos un paquetito allí mismo.



Y así nuestro viaje llegó a su fin. Nos despedimos de Estados Unidos con pena pero satisfechos. Es un país que nos encantó por la gran belleza que alberga y por su gente, que nos sorprendió gratamente. Una de nuestras rutas favoritas que siempre recomendamos a todo el mundo. Fácil y perfecta para hacer a tu aire, llena de contrastes y lugares que admirar.
Sabemos que nos quedaron parques por visitar, estados que cruzar y carreteras por las que disfrutar conduciendo, pero tenemos claro que volveremos y descubriremos más y mejor este país del que se piensa que se sabe mucho, pero en realidad hasta que no lo vives en primera persona, no lo acabas conociendo de verdad.
Desde aquí un gran abrazo a nuestro amigo y compi de viaje Alberto, que hizo que el viaje fuera aún mejor y sin el cual no hubiéramos sido "the italian triplets".

Un saludo grande de Mike y Charls. Y a seguir mundileando!

10/4/15

El top 5 de nuestro viaje a Marruecos

La Semana Santa de 2015 viajamos a Marruecos, de domingo a domingo. Era un destino al que siempre habíamos querido ir. Aprovechamos que en esas fechas el clima es bueno y encontramos un vuelo bastante barato que llegaba a Casablanca y volvía desde Nador, lo cual nos permitía hacer una ruta y ver más cosas. Este fue el recorrido que hicimos en transporte público y en coche privado para 4 con un guía.


Aquí os dejamos el top 5 de nuestro viaje, las cosas que más nos gustaron en nuestro viaje (pues sabemos que en Marruecos hay muchas más cosas bonitas e interesantes). Este top 5 está ordenado cronológicamente, no por importancia.


1- Mezquita Hassan II en Casablanca.
Es realmente impresionante tanto por su tamaño como por su ubicación. Es la más alta del mundo (172 m.) y la segunda más grande. Está situada a orillas del Océano Atlántico, lo que le da un aire muy místico. La entrada normal cuesta unos 12 euros, pero nosotros nos colamos con un grupo de estudiantes y sólo pagamos 3. Una vez dentro hay varios tours gratis a lo largo del día en el que dan explicaciones bastante interesantes acerca de su construcción y uso. Según nos dijeron, se tardaron 6 años en construirla y tiene capacidad para 25.000 personas en la sala de oraciones y hasta 80.000 en el patio... ahí es nada.






 



2- Plaza Jemaa El Fna en Marrakech
Esta plaza es la que mejor define la esencia de la ciudad: colores, olores y ritmo. Está considerada Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad y no es en vano: su actividad casi las 24 horas hace de ella un punto imprescindible en el que hacer parada.
Sus tiendecitas de comida, de zumos de fruta, de dulces, de souvenirs.. sus encantadores de serpientes y de monos, sus cantantes, artistas, predicadores, músicos, dibujantes de henna... aportan todos los elementos necesarios para el entretenimiento del turista.

Allí cenamos de tapeo marroquí a un precio de risa. Lo divertido fue cómo los camareros se dedican a llamar la atención del turista con todo tipo de tácticas: empezando por descifrar tu nacionalidad y pronunciar frases guasonas del tipo: más barato que en Mercadona hasta invitarte a las bebidas de la comida. Aunque nos resistimos, al final acabamos cayendo en su encanto marroquí y cenamos allí dos noches.

Adyacente a esta plaza se encuentran cafeterías, mezquitas, zocos y otras plazas más pequeñas pero igual de encantadoras.

 
 



 




3- Pueblo Ait Ben Haddou.
Llegamos a este pueblo marroquí desde Marrakech, dentro de la excursión de 3 días para llegar al desierto. Este alcázar nos maravilló (sin duda el más espectacular del Alto Atlas). Esta ciudad fortificada del valle de Ounila consta de un gran número de casas solapadas hechas en su mayoría de adobe y piedras cortadas. Es el ejemplo clásico de la arquitectura bereber que domina la mayoría de pueblos tradicionales al sur de Marruecos.
Aunque la mayoría de familias viven al otro lado del río (la zona nueva del pueblo) aún hay familias que viven en la zona antigua, junto con tiendas de souvenirs. 
Es Patrimonio de la Humanidad y en sus inmediaciones se han rodado más de una docena de películas y series entre las que destacan Laurence de Arabia, Gladiator, Juego de Tronos, Prince of Persia, Babel, etc...






4- Desierto Mergouza 
Aunque es un desierto bastante turístico, el llamado desierto de Merzouga (por la cercanía a este pueblo) vale la pena visitarlo, sobretodo si es la primera vez que visitas uno. En realidad el desierto en si se llama Erg Chebbi, tiene 22 kilómetros de longitud por 5 de anchura y sus dunas pueden alcanzar los 150 metros. Y aún así, es minúsculo en comparación a su vecino, el del Sahara.
Nos impresionó el color rojizo de las dunas a lo lejos y silencio que sentimos en el recorrido que hicimos a lomos de dromedarios. Llegamos a unas haimas en donde pasamos la noche junto a unas 40 personas más, de todas las edades. El alojamiento es muy básico (aunque hay de diferentes tipos y precios) e incluye la cena/desayuno y la animación a base de música bereber al calorcito de un fuego a tierra. 
Somos conscientes que está muy turistizado pero vale la pena disfrutar de la puesta de sol y el amanecer desde las dunas.



 

5- La gran medina de Fez
Es la parte antigua y amurallada de la ciudad. Data de 1276 y está considerada la mayor zona peatonal del mundo y además es Patrimonio de la humanidad
Según nos dijo el chico del hotel hay más de 9000 calles! (que se dice pronto). Así que imaginaros lo que puede ser perderse entre esas callejuelas si lo tuyo no es la orientación. Por suerte supimos orientarnos teniendo como referencia la (poca) señalización de los principales puntos de interés dentro de la medina. 
Nos encantó lo auténtica que resulta (tal vez incluso más que Marrakech) pues en Fez pudimos ver cientos de artesanos trabajando madera, tejidos, metales, así como charcuteros, panaderos, reposteros, frutos secos, especies etc... y los souvenirs de todo tipo entre los que destacan la artesanía, las babuchas y los objectos hechos con piel animal.
Paseamos durante horas por sus zocos y preciosos porticones decorados con mosaicos. Paramos para tomar un té con pastas a media mañana y para comer optamos por unos bocadillos por poco más de un euro repletos de ingredientes, zumo de naranja recién exprimido y de postre yogur natural artesano en otro puesto callejero.



 
   
 
 

 





Aquí os dejamos más instantáneas bonitas de otros rincones de Marruecos:





 






Esperamos que os haya gustado. ¿Habéis estado alguna vez en Marruecos? ¿Alguna recomendación para cuando volvamos? ¿Qué opinión os merecieron estos sitios que hemos descrito en nuestro top 5?

Un saludo muy grande Mundileros!

Mike and Charls