4/11/16

Heidelberg, un día en una ciudad de cuento

Hola Mundileros!

Hoy os vamos a llevar de excursión a la bonita población alemana de Heidelberg. Se encuentra en el valle del río Neckar y está rodeada por el bosque Odenwald. Está a tan solo una hora de Frankfurt y a 3 horas de Düsseldorf o Colonia y con las abundantes y rápidas autopistas alemanas, el viaje se hace casi sin enterarse.

Llegamos a Heidelberg sobre las 11 de la mañana y nos encontramos un bello pueblo de casitas de colores tomado por una intenta neblina matutina. Todavía no habían llegado las hordas de turistas y se podía pasear tranquilamente.


Heildelberg es una ciudad con encanto, limpia y cuidada, con una arquitectura elegante, casas burguesas que admirar al paso y una bonita catedral. A lo largo de su calle principal HauptStrabe hay plazas con bonitas fuentes en la que sentarte a degustar un dulce típico en una de sus muchas y encantadoras cafeterías (hay que ver lo que nos gusta un dulce típico... jeje).






Pero sin duda alguna lo que más destaca es su imponente Castillo y el Puente Viejo que une el casco antiguo con la zona Neuenheimer, en la que por ejemplo se encuentra el Jardín Botánico de la ciudad. Como véis la niebla nos ha acompañado hasta el medio día, pero nos gusta el toque misterioso que le da a las fotos :D





Hemos subido al castillo por un camino que sale desde el mismo centro histórico, caminando ladera arriba por calles y escaleras empinadas. Hemos tardado 20 minutos en llegar al castillo. Para los más perezosos existe la opción de coger un moderno funicular y ahorrarse la pateada.


Al castillo no hemos entrado, pero desde fuera uno se puede hacer a la idea del tipo de ruinas o construcción que se puede ver si se paga la entrada y se accede. El castillo en su momento fue una importante residencia de condes (s XIII) y una buena representación de la arquitectura renacentista, pero las guerras posteriores lo fueron dejando en ruinas y actualmente las fachadas principales son la parte más interesante de ver.
Eso sí, vale la pena subir para deleitarse con las vistas de la ciudad desde las alturas. Se avista la catedral, el puente viejo, el río y la montaña al fondo. Además a estas horas la niebla nos ha dado una tregua y el sol nos ha iluminado la bella estampa.



Ahora nos ha tocado pasar al otro lado para conseguir la panorámica contraria. Hemos cruzado el río por el puente Theodor Heuss y hemos escalado por el sendero señalizado llamado "Camino de los Filósofos" (se ve que varios filósofos venían hasta aquí para encontrar la inspiración).


Las vistas son impresionantes ya que nos encontramos a más altura que desde el castillo y las imágenes parecen sacadas de un cuento. Vale la pena buscar un asiento (hay varios bancos repartidos por todo el recorrido) para sentarse y disfrutar del momento sin prisas.


Ya de bajada y después de tanto caminar, subir y bajar hemos ido a comer algo. Como hemos comentado antes y ya sabréis, comos unos food lovers, especialmente cuando se trata de probar la gastronomía local. En Heidelberg hay varias panederías que ponen a uno difícil la elección. Hemos ido a una llamada Gundel (Hausptstrabe 212) y hemos optado por unas quiches que estaban realmente deliciosas (son más alemanas que francesas sí, pero con esa pinta no podíamos decir que no). Nos las hemos comido sentados en la plaza que hay enfrente, Karlsplatz, que hoy era día para disfrutar en el exterior. Que aproveche!






¿No se os ha abierto el apetito viendo estas imágenes? A nosotros sí y ya tenemos ganas de volver a Alemania a disfrutar de sus ciudades, cultura y gastronomía! 
Auf wiedersehen!

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