12/5/17

Mike in Thailand... o cómo resumir un mes de viaje en 4 minutos.

Buenas!

Tailandia era un destino que nos parecía muy turístico y que siempre dejábamos para más adelante. Sin embargo ahora que yo, Mike, tengo tiempo libre, me pareció la oportunidad perfecta para viajar a este destino asiático del que todo el mundo siempre nos ha hablado tan bien y poder hacerlo cuando el clima es mejor (en verano es época de lluvias).
Tailandia es un destino alucinante que se tiene que experimentar una vez en la vida. Solo o acompañado resulta un país fácil de recorrer pero no por eso menos apasionante. Está muy preparado para el turismo y todo está muy bien organizado. A parte es seguro y barato, que son dos de las cosas que más nos preocupan a los viajeros.
Además creo que es uno de los mejores destinos para viajar en solitario pues es muy fácil encontrarse a viajeros por todos lados, con los que acabas compartiendo buenos momentos. Los hostales y albergues (súper baratos) son la mejor opción cuando se viaja sin acompañantes.
Tailandia tiene todo lo que se puede desear en unas vacaciones... playas paradisiacas, naturaleza exuberante, templos impresionantes, vida nocturna, macro ciudades, gastronomía reconocida y un montón de actividades diversas con la que nadie se puede aburrir.
A lo largo del viaje me centré más en grabar video que en hacer fotos. Al final me encontré con más de 500 clips, que hacen un total de un porrón de horas grabadas. Ha sido bastante complicado seleccionar los momentos que quería para el video y muchos se han quedado fuera, pero estoy satisfecho con el resultado pues se ve la esencia de lo que viví en Tailandia a lo largo de un mes de viaje.
Espero que os guste y si no habéis estado, que os animéis a ir prontito :-)

20/2/17

Video resumen del viaje a Israel y Jordania

Buenas Mundileros!

Somos de los que pensamos que una imagen vale más que mil palabras, así que últimamente a parte de las fotos en los viajes (que no pueden faltar), nos estamos aficionando mucho a grabar pequeños trocitos de videos de lo que vamos viendo o haciendo. La gracia está luego en recopilarlo todo y dedicarle un ratito (a veces más bien un ratazo) a hacer un montaje bien chulo con todo.

En poco más de 3 minutos y con una canción muy chula de un grupo israelí resumimos lo que dio de si nuestro viaje navideño a Israel y Jordania. Esperamos que os guste y que nos deis vuestra opnión. Ahí va:

8/1/17

Petra, la ciudad oculta de Jordania


Hola Mundileros! 

En la entrada de hoy os contamos como fue nuestra visita a Petra y os daremos consejos útiles para que os sirvan a la hora de plantearos este viaje.

Petra es una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno desde 2007 y la última que nos quedaba por ver... sí, la última! :-D Así que os podéis imaginar que nos hacía mucha ilusión verla. No sólo por haberlas visto todas, sino porque Petra nos parecía la más misteriosa de todas, sobre todo por su enclave único.

Petra se encuentra en Jordania por lo que es interesante, si va a ser una visita corta, acercarse lo máximo posible a la frontera para ahorrar tiempo. Nosotros nos quedamos en Eilat, en un apartamento de Airbnb muy recomendable: Niki's. Además que Eilat también tiene atractivos como bonitas playas, actividades con delfines o observatorios marinos, así que no es mala idea dedicarle un par o tres de días.


A las 7 de la mañana nos recogió el autocar para llevarnos a la frontera para primero de todo ayudarnos con la larga burocracia de cambiar de país. Pasamos no se cuantos controles y escaners primero para salir de Israel y luego para entrar en Jordania, todo dentro del mismo recinto fronterizo pero en dos edificios diferenciados. Una experiencia curiosa pero larga y aburrida.


Después de un viaje de unas dos horas y media desde la frontera, sobre las 12:30 llegamos a Petra y entramos en el recinto. 
El asentamiento de Petra se encuentra en un valle angosto al que sólo se puede acceder a pie o montado en carros de caballos (algo que te ofrecerán los propietarios nada más entrar y tendréis que ser muy secos si realmente no os interesa montaros).

(por esta entrada empezamos el recorrido)

El camino a través del cañon es impresionante. Son 1.5 quilómetros a través de pasadizos de altas paredes (de hasta 200 metros de altura) erosionadas a lo largo de miles de años por el agua. Este fenómeno creó unas sinuosas formas que nos recordaron mucho a Antelope Canyon en Utah, EEUU.




Finalmente se llega a un punto desde el que se abre paso la imagen más icónica de Petra...


El Tesoro de Petra es el monumento más bien cuidado y impactante de la ciudad. Tiene 40 metros de altura y se cree que pudo ser construido alrededor del siglo I a.c. y no se sabe a ciencia cierta cual era su función. El nombre de "tesoro" viene de que los beduinos creían que los piratas habían escondido un tesoro dentro, aunque esta es una de las varias historias de las que deriva su nombre.

(enfrente del Tesoro de Petra esperan pacientes camellos y dueños a que los turistas se monten para hacerse unas fotos a cambio de una propina)

Petra proviene del griego y significa piedra y su nombre le viene como anillo al dedo pues se trata de una ciudad construida, excavada y esculpida únicamente en piedra. Fue fundada en el siglo VIII por los edomitas y posteriormente por otros pueblos y se convirtió en un punto importante dentro de la ruta de las especias entre los países colindantes.


A lo largo del lugar se pueden ver diferentes construcciones, cuevas, habitáculos, templos y diferentes edificios que constituyeron la ciudad. Incluso se mantiene en relativo buen estado un gran anfiteatro.


Hacia el siglo VI d.c. el cambio de rutas comerciales y los terremotos sufridos en la zona, llevaron a la ciudad al abandono de sus habitantes. No fue hasta 1812 que fue redescubierta por un explorador suizo.


Os recomendamos que os salgáis un poco del camino y os hagáis los intrépidos escalando los montículos en la parte baja del camino. Desde allí se tienen las mejores vistas. También hay una caminata hasta "el Monasterio de Petra" de una hora en subida. Si se tiene tiempo debe ser muy interesante. Nosotros no tuvimos porque el guía nos llevaba a toque de silbato (casi), así que lo dejamos pendiente para la próxima visita :-P




Petra forma parte de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1985.



¿Cómo llegar a Petra?

Hay varias maneras de visitar Petra y en Internet es fácil informarse y ver como lo han hecho otros viajeros. Básicamente se puede ir por libre o con un tour organizado. Las dos tienen sus pros y sus contras y nosotros no somos muy amigos de los viajes organizados, por eso en un primer momento teníamos claro que queríamos ir por libre. 

Visitar Petra no es barato, eso hay que tenerlo claro. Primero de todo se necesita un visado para entrar a Jordania. El visado cuesta unos 65 euros y desde el día 1 de enero de 2016 no se puede expedir en la frontera in situ, debe ser realizado en la embajada de Jordania en otro país (por ejemplo desde el país de residencia propio). Como alternativa, yendo con un tour organizado sí te permiten hacerlo allí.

Por otro lado están los "border fees" que son los impuestos fronterizos que hay que pagar al salir de Israel y fueron como otros 60 euros, que pagamos en metálico allí mismo, en una caseta de souvenirs, todo muy oficial, verdad? (se puede pagar en euros, dólares o las monedas locales).

Finalmente la entrada a Petra son ni más ni menos que 120 euros (ahí es nada). Se puede pagar sólo la mitad si se pasa una noche dentro de Jordania y se demuestra claro (suponemos que te piden una reserva). Así que si queréis pagar menos lo mejor cruzar la frontera por la tarde el día de antes y quedaros a dormir en Aqaba por ejemplo, que es ciudad fronteriza pero ya dentro de Jordania y al día siguiente pronto llegar a Petra (y ser de los primeros).

Pero aún no hemos terminado. A todo esto hay que añadirle el transporte! Transporte desde tu alojamiento a la frontera y desde la frontera a Petra, ida y vuelta. Ahí es donde aparece la llamada "taxi mafia" en la que los taxistas que os encontraréis al cruzar la frontera se frotarán las manos porque sabrán que no tendréis otro opción más que ir con ellos y os podrán cobrar lo que quieran.

Entonces nuestros consejos son los siguientes:
  • Si vais un grupo de 4 (o conseguís reunir gente, via couchsurfing o otras páginas de viajeros) ir por libre os saldrá más a cuenta ya que repartiréis los gastos de los taxis.
  • Si vais solos o en pareja realmente no sale a cuenta porque hay tours por 200 euros (que incluyen la entrada a Petra y comida). Aunque hay que pagar a parte el visado y los impuestos de frontera. Los tours además son más seguros, tienes alguien que te ayuda en la frontera, tienes un guía durante la visita a Petra y te recogen y te dejan en el hotel, con lo que la experiencia en general es mucho más cómoda.
  • Si sois aventureros y no os gusta ir atados a un tour organizado os animamos a que lo hagáis por libre. Nosotros si volviéramos a repetir, lo haríamos sin duda por libre porque la experiencia con el tour fue un poco agobiante, pues se hizo pesada (esperando a todo el grupo con los trámites) y nos quedó poco rato dentro de Petra. Además que llegamos en la hora de más afluencia turística, un desastre vamos.
  • ¿Es segura Jordania? Es cierto que las cosas están bastante revueltas y nunca se puede saber qué puede pasar, pero de toda Jordania la zona de Petra es de las más seguras. Y como todos sabemos, tristemente pueden pasar cosas en todas partes del mundo.
Esperamos que os haya sido útil esta entrada. Si tenéis cualquier duda estamos a vuestra disposición. Nos podéis escribir en la página de facebook, por correo o en la sección de comentarios. Estaremos encantados de intentar responder vuestras preguntas.

Un abrazo compis,

Mike and Charls


De camino a Jerusalén con parada en el Mar Muerto


¿Qué tal mundileros?

Después de Eilat y de haber visto Petra, en Jordania nos dirigimos a Jerusalén. Para ello madrugamos un poco para estar en la estación central de autobuses sobre las 6:45 de la mañana. Allí cogimos el primer autobús 444 que sale a las 7 y que hace la ruta Eilat-Jerusalem en 5 horas.
Pero de camino a Jerusalem queríamos hacer una parada, ni más ni menos que en el mar muerto. Así que cuando llegamos a la zona hotelera de Ein Bokek nos bajamos y caminamos un poco hasta encontrar una playa accesible y gratuita (algunas pertenecen a los hoteles y hay que pagar algo).


La playa tenía tumbonas, duchas, cambiadores y lavabos, por lo que era perfecta para pasar un par de horas, así que plantamos nuestros mochilotes y nos lanzamos a la mar!
Habíamos oído hablar mucho del mar muerto, sus propiedades, su salinidad y por supuesto su flotación y nos moríamos de ganas de experimentarlo.


Carlos fue el primero en meterse en el agua y ver como al estirarse y sin esfuerzo alguno se quedaba flotando... la sensación es única. Y eso que el agua que caliente caliente tampoco estaba eh... pero algo sorprendente pasa cuando estás dentro y te encuentras quieto y flotando, pues el frío no se nota. Únicamente cuando mueves los brazos o te desplazas es cuando te entra el biruji por todas partes jaja



Es muy curiosa notar la capa de sal que se te queda en el cuerpo al salir, pues da la sensación de estar embadurnado de crema hidratante. Al irse secando esa sensación desaparece y todo el cuerpo queda cubierto de copos de sal. Cuidado si tenéis heridas abiertas y también que no os entre agua en los ojos porque el picor puede ser importante jaja


Estuvimos relajados un par de horas, disfrutamos de las vistas y luego nos dirigimos a la carretera principal a coger el primer autobús que pasara dirección Jerusalén. No tardamos ni 5 minutos en ver uno a lo que salimos corriendo como locos y por suerte paró para recogernos a pesar de que no estábamos en el sitio adecuado. 

Y llegamos a Jerusalén, la conocida como ciudad Santa o la cuna de las religiones. Es una de las ciudades más antiguas del mundo y es considerada sagrada por tres de las mayores religiones del mundo: el judaísmo, el cristianismo y el islam.

¿Qué hacer un día en Jerusalén?

Lo primero es aprovechar la luz del día y la energía del desayuno para subir caminando hasta el monte de los Olivos para disfrutar (y maravillarse) con las vistas de la ciudad al completo.

De subida al monte de los Olivos nos encontramos con la espectacular iglesia de Santa María Magdalena, que como os podéis imaginar por sus formas, es un templo ortodoxo ruso. 


También muy cerca se encuentra la Basílica de Getsemaní o de la Agonía (menudo nombrecito) junto a unos bonitos jardines. En su interior se encuentra una porción de roca en la que, según la tradición, Jesús oró la noche de su arresto después de celebrar la última cena.


Para llegar al monte de los Olivos hay que hacer un trayecto bastante empinado de una media hora a pie. Si no se está lo suficientemente en forma se puede optar por los taxis, que se encuentran situados en puntos estratégicos. Sin embargo el esfuerzo de subir caminando se ve recompensado al disfrutar de las impresionantes vistas de toda la ciudad desde lo alto del monte.


Uno de los puntos que más llaman la atención son el cementerio judío que se encuentra justo a nuestros pies y la cúpula dorada que sobresale por encima de la mayoría de edificios. Se trata de la Cúpula de la Roca, un monumento islámico en que se alberga la roca desde la cual (según los musulmanes) Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, acompañado del ángel Gabriel.



Descendimos de nuevo al centro de la ciudad y nos dirigimos al la Ciudad Vieja de Jerusalén, considerada Patrimonio de la Humanidad. Existen cuatro barrios dentro de la ciudad: el Musulmán, el Judío, el Cristiano y el Armenio.
La idea que se extrae y que también se intenta transmitir es que a pesar de la diferencia de creencias, en Jerusalén se vive y se convive en paz y harmonía. De hecho esa es también la sensación que nosotros tuvimos al pasear por sus calle, pues el ir y venir de personas de diferentes razas, religiones y vestimentas es constante y en todo momento nos sentimos seguros y tranquilos.


El barrio musulmán es el que más llama la atención por sus coloridas y llamativas tiendas, sus vendedores de zumos y sus humeantes restaurantes.



Sin embargo el barrió que más nos sorprendió fue el judío. En él se encuentra el Muro de las Lamentaciones, sagrado para los judíos debido a que es una de las pocas partes que quedaron en pie después de que los romanos destruyeran el Templo de Jerusalén. Frente a él acuden cada día cientos de creyentes a rezar, lamentarse o continuar la tradición de introducir un pequeño papel con una plegaria entre las rendijas del muro (costumbre con varios siglos de antigüedad).




Por estas fechas (para nosotros Navideñas) los judíos se encontraban celebrando Hanukkah (o la Fiesta de las Luces). Se trata de una festividad judaica que se celebra durante ocho días en los que cada día se van encendiendo luces o velas de un candelabro de 9 brazos (uno de ellos "piloto"). Esta tradición recuerda la victoria de los judíos sobre los helenos y la recuperación de su independencia sobre los griegos.


Por las calles del barrio Judío es fácil encontrarse con candelabros o estructuras que sostienen velas en las entradas de las casas y con un poco de suerte se pueden ver miembros de la familia cantando y orando al encender las velas, sobre todo al atardecer.


Nos llamó mucho la atención las vestimentas tradicionales judías. Los que llevaban los gorros más grandes (como en la foto) son los que pertenecen a los grupos más creyentes (y radicales) también denominados ultraortodoxos.


El barrio Armenio es el más pequeño y el más tranquilo de la Ciudad Vieja. Aunque los armenios son cristianos, se diferencian en cuanto su identidad sobre el Barrio Cristiano y sus habitantes. La calle Khabad (en la foto) es una de las más bonitas por las que paseamos.


Hicimos una parada para comer en Alma Café, nada del otro mundo, pero llenamos los estómagos rápidamente con abundantes raciones.



Por la tarde paseamos por el Barrio Cristiano. En este barrio se encuentran más de 40 sitios sagrados para los cristianos, entre los que destaca la Iglesia del Santo Sepulcro. En ella (según los Evangelios) se produjo la crucifixion, enterramiento y resurrección de Cristo, por lo que podemos entender que sea un lugar muy importante para la peregrinación de sus creyentes.



(vista de la plaza de la Iglesia del Santo Sepulcro, desde la Iglesia)

Otra de las cosas que más nos gustaron fue pasear por las calles de Jerusalén al atardecer cuando las tiendas han cerrado, los turistas han vuelto a los hoteles y la Ciudad Vieja se vuelve misteriosa solamente iluminada por tenues luces anaranjadas. Cada barrio tiene su propio atractivo nocturno, por lo que os recomendamos que volváis a pasearos por todos sin prisa.








En general Jerusalén nos ha sorprendido para bien. Es una ciudad segura y tranquila, los vendedores no te atosigan ni sientes inseguridad en ningún momento. Es un lugar especial, en el que empaparse de historia y abrir la mente, entender las diferencias y aprender a respetarlas.

En la Ciudad Santa, donde creyentes de todas las partes vienen a peregrinar, nos despedimos con estas imágenes tan simpáticas de dos animales que parecían estar pidiendo al cielo, no sabemos qué ni a qué Dios, pero eso estando en Jerusalén, es lo de menos.




Saludos mundileros!