31/7/15

De vuelta a Perú: Arequipa y el Cañón del Colca

Hola a todos! Y feliz día de las Fiestas Patrias en Perú (aunque con algo de retraso). 
Fue el día 28 de Julio y todo Perú estaba de celebración. Hubieron muchos actos, sobretodo en la capital, Lima, y las ciudades estaban engalanadas de color rojo y blanco con muchas referencias a la adoración por la patria que se siente en este país.

Llegamos a Arequipa desde Chile en un viaje que fue muy largo. Primero un autobús nocturno desde San Pedro de Atacama hasta Arica. Allí en taxi (está todo muy organizado) cruzamos la frontera hasta Tacna (el mismo taxista te ayuda con los trámites pues ya están muy acostumbrados). Una vez en Tacna cogimos el primer autobús que hubo dirección Arequipa. Y finalmente taxi hasta el hostal. Casi nada...

Como estábamos hambrientos lo primero fue ir a comer. Encontramos una crepería llamada Crepisimo (calle Santa Catalina, 208) que tenían un menú por 29 soles (8'5 euros) con jugo, ensalada, crepe y postre muy bueno y bien calificado en tripadvisor. Así que nosotros encantados.

Después de comer fuimos a pasear y a buscar una agencia para contratar el tour de 2 días por el Cañón del Colca. Arequipa es una ciudad con historia, bonita y muy cuidada. Tiene callejones y rincones encantadores, plazas interiores, el monasterio de Santa Catalina, iglesias bonitas, la plaza de Armas, etc... y mucho más, pero no teníamos mucho tiempo.

La iglesia de San Francisco







Claustro del antiguo Colegio de Santiago


Estas callejuelas nos recordaron un poco a Andalucía.



Iglesia de la Compañía

La plaza de Armas (hay una en todas las ciudades) es el lugar más concurrido de la ciudad y lugar preferido de los peruanos donde ir a pasear tanto de día...

Municipalidad Provincial (ayuntamiento) de Arequipa.


 ...como de noche.


Después de preguntar mucho finalmente contratamos la excursión por 120 soles (38 euros) que no está nada mal.
Por la noche fuimos a cenar al mejor restaurante de la ciudad: Chicha. Su chef es el reconocido Gastón (no el de la Bella y la Bestia) que aquí en Perú es muy famoso y tiene varios restaurantes galardonados. Sin embargo a pesar de eso, el buen servicio y lo bien que cenamos sólo pagamos unos 17 euros, así que no nos salió tan caro el capricho (además de tener en cuenta lo poco que hemos ido pagando en comidas a lo largo del viaje).

Para empezar tres tipos de panes con mantequilla picante.

Calabaza al ají (un mega platazo contundente) todito para Mike.

Karlos optó por el codillo.

Kike osobucco y Miriam camarón picante.

Y de postre panacotta de coco con piña confitada.

A las 3 de la mañana (sí, habéis leido bien) nos pasó a buscar la mini van por el hotel. Teníamos 3 horas hasta el cañón del Colca. La primera parada fue divisar los cóndores, que son aves típicas de esta zona. Según nos dijeron no hay contabilizados más de 50 en la zona. Desde este mirador es donde se va para observar estas aves volando. Nosotros vimos como unos 10 que nos pasaron muy cerca. Los cóndores alcanzan los 3 metros de ancho con las alas extendidas.






Paramos para desayunar y después la furgo nos llevó al inicio del trekking. Desde el punto inicial teníamos 3 horas de descenso por la ladera de la montaña en un camino que hacía zig zag con un paisaje espectacular del fondo del cañón.

En esta foto se puede ver claramente el camino en zig zag por la ladera de la montaña.

Al fondo del cañón hay un oasis donde están los alojamientos de la ruta del Colca. Parece cerca, pero tardamos muuucho en llegar.



Las vistas del cañón son impresionantes.






El camino no se hizo difícil, de hecho se pasó rápido porque íbamos con energía. Caminamos hasta que llegamos al río y paramos para esperar al grupo y para remojar los pies que ya los teníamos inchadicos.



mmmm momento relax en el agua heladita del río.



Luego, la zona donde íbamos a comer ya estaba muy cerca...



Después de comer teníamos una hora más pero esta vez de subida por un camino muy empinado hasta llegar a una cafetería donde de nuevo, esperamos a que llegaran todos tomando algo.


Hicimos un amiguito. Los perros en Perú son callejeros pero suelen ser muy mansos y siempre se acercan en busca de comida o de un poco de afecto.

Gallinas también hay muchas pero no son tan simpáticas.

¿Seguimos caminando? Venga, ánimos!


Una última mirada a las vistas desde el kiosco para coger aire.

Retomamos la caminata durante unas 3 o 4 horas más primero plano y luego en bajada por un camino muy resbaladizo que hizo el descenso  bastante largo y pesado. Ya veíamos el oasis donde íbamos a dormir al fondo pero no parecíamos llegar nunca. Queríamos llegar pronto para bañarnos en las piscinas pero llegamos ya habiendo oscurecido. Sin embargo, nos bañamos igualmente.


Más amiguitos por el camino. Esta monada de perrito se volvió loco al vernos.


Foto con todos los compis de viaje.

El oasis cada vez más cerca.

Así que llegamos muertos, nos metimos directos a la piscina a oscuras, cenamos y nos fuimos a dormir pronto porque el segundo día a las 5 de la madrugada empezábamos de nuevo a subir. Esta subida fue mítica. De hecho nos recordó mucho a cuando subimos al monte Fuji (podéis recordar aquella entrada clicando AQUÍ) porque la empezamos de noche, solamente alumbrados por linternas y móviles, caminando en silencio, concentrados hasta que poco a poco fue amaneciendo. Unos nos fuimos distanciando de otros y la caminata mañanera y sin haber desayunado, que se suponía que iban a ser 3 horas, la hicimos en poco más de 1 hora y media. Eso sí, fue dura dura. Entre lo empinado que estaba, la altura de los escalones, el terreno cambiante y arenoso y el madrugón, la subida fue tremenda, pero sin duda fue un reto superado y nos encantó, lo disfrutamos mucho.

Arriba descansamos y tomamos las fotos de rigor.

 
Este perrito, al igual que nosotros, buscaba el calorcito del amanecer y se apoltronó sobre esta roca la mar de a gusto.

Una vez en la cima, ya reunidos todos, caminamos una media hora más ya en plano hasta Chivay, el pueblo donde tomamos el desayuno. Un desayuno que saboreamos y agradecimos al máximo.

De camino observamos la fauna típica de la zona. Estas plantas grisáceas (aunque parezcan curiosas y hasta bonitas) se llaman Barba de Viejo y en realidad es un hongo maligno que se adhiere a los árboles y los va matando.




Después proseguimos nuestro camino esta vez ya en autobús y fuimos realizando algunas paradas en pueblos con encanto, donde tomar alguna foto de su iglesia principal o de su curiosa fauna.

Primer pueblo: Coporaque.

Turistada number 1, lo sabemos, pero por la voluntad nos encantó que esta pedazo águila se posara sobre nosotros.



Karlos optó por el kit completo: águila, llama y gorrito peruano... ideal, si o no?

También paramos en mirados para observar las terrazas de plantaciones, con unas vistas fantásticas.




Y finalmente para observar la multitud de volcanes que hay en la zona, de los cuales alguno, como se puede ver en la foto, siguen en activo.


¿Lo veis sacando humo allí al fondo?

Y la parte menos agradable de toda la excursión la vivimos cuando regresábamos a Arequipa en la mini van todos juntos y tan contentos. Debían ser las 15:00 de la tarde cuando yendo por una zona de curvas bastante acentuadas alguien de dentro de nuestra furgoneta gritó: un accidente! Todos miramos y por unos segundos nadie medió palabra, los gritos ahogados ante el espectáculo que incrédulos estábamos presenciando. Una mini van como la nuestra se había precipitado barranco abajo llena de pasajeros y os podéis imaginar cual era el panorama. Salimos de la furgoneta y la primera reacción fue la de parpadear otra vez intentando asegurarnos que lo que estábamos viendo era verdad. La segunda reacción fue la de ¿qué hacemos? Ya había gente abajo intentando ayudar... ¿seremos de alguna ayuda? y la tercera fue casi sin pensarlo, vamos para abajo y lo poco que podamos hacer será importante.

Bajamos barranco abajo por un terreno arenoso y de piedras muy resbaladizo y nos encontramos de frente con el panorama, gente herida, sangrando, siendo atendida como se podía por turistas como nosotros de otras furgonetas que al igual habían bajado. Pero todavía había gente dentro del autobús en estado grave. La situación estaba un poco descontrolada, había gente con propuestas encontradas en cuando a mover o no mover a la gente de dentro, como sacarlos... por unos momentos el caos reinó entre los presentes. Una de nuestras compañeras de viaje era médico y había un par más de otras vans. Al poco empezó un trabajo en cadena en la que todo el mundo puso su grano de arena: agua, mantas, bufandas, almohadas, kits médicos, piedras para reforzar la furgoneta por si se seguía deslizando barranco abajo (cosa muy peligrosa habiendo todavía gente dentro). La gente dio todo lo que pudo. Y por supuesto el esfuerzo físico de mucho a pie de cañón para lo que hiciera falta. 

No entraremos en detalles morbosos, sólo decir que con la ayuda de todos y el buen hacer de los médicos fuimos uniendo fuerzas para mantener la situación controlada. Al cabo de una hora (sí, una hora) llegó una patrulla de policias y al cabo de otra llegó una ambulancia. Los servicios médicos en esa zona de Perú son escasos, lentos y están muy distanciados. Entre todos pudimos sacar a los heridos de dentro del bus, subirlos en camillas hacia la cima y bueno finalmente sobre las 18:00 retomamos la marcha de nuevo hacia Arequipa.

Como decimos no entraremos en detalles, sólo decir que se vivieron momentos de tensión, fueron momentos duros, pero por lo que pudimos ver todos llegaron arriba vivos, y esperamos desde aquí que se puedan recuperar.
Hemos decido no colgar imágenes, aunque sí queríamos contarlo porque pensamos que se tiene que saber. Perú y Bolivia son dos países con mucha belleza, riqueza cultural y natural y que son dignos de visitar, pero en nuestra opinión se tienen que poner las pilas para adaptar el país a un turismo cada vez de mayor crecimiento y asegurar su seguridad en todos los sentidos. Porque éste, no es un hecho aislado. Y no llevan muñecos de trapo, llevan a personas y se tiene que velar por su integridad. Las carreteras no están en buen estado, muchos medios de transporte tampoco y muchos conductores hacen el trayecto cansados, bebidos o a demasiada velocidad. 
Nosotros por suerte estamos sanos y salvos, queremos dejarlo claro, pero hemos cogidos muchos mini vans y autobuses a lo largo de este viaje y es inevitable pensar que podíamos haber sido nosotros. 
Nada más que añadir, creemos que está bastante claro nuestro punto de vista.

Finalmente llegamos a Arequipa a las 20:00 y a las 21:00 cogíamos otro autobús (sí, otro más) pero esta vez con la compañía Cruz del Sur, que es una compañía buena, de nivel. Con deciros que tenemos hasta pantallitas de películas, manta, almohada y cena dentro del autobús. Vamos dirección Nazca donde llegaremos mañana por la mañana.

Así que peliculita y así hasta que nos entre la ñoña.... buenas noches!