Perú: recorrido por el Centro Histórico de Lima

Qué tal amigos?

Nosotros bien. Ya estamos en Perú!

El viaje fue bien, en realidad no nos podemos quejar porque llegamos sanos y salvos, al igual que nuestras mochilas. Pero no podemos evitar quejarnos de la compañía de avión. Se trata de Rouge Air (la low cost de Air Canada). Vale que los billetes de avión nos salieron muy baratos, pero como se puede estar 9 horas de vuelo sin pantallitas en el avión? Lo reconocemos: adoramos las pantallitas individuales llenas de entretenimiento con las que matar las largas horas de los vuelos. Pues bien. Nosotros hemos tenido dos vuelos de 9 horas sin pantallas! Cuando entramos al primer avión y lo vimos, se nos cayó el mundo encima. Ahora la moda en este tipo de compañías es que tienes la opción de alquilar unas tablets por 10 dólares para uso durante el vuelo. Que sí, 10 dólares no es nada y compensa por la duración del vuelo, pero... ya no es lo mismo! A parte la comida dejó mucho que desear y para lo largo que fue el vuelo, fue algo escasa. En fin, que no os recomendamos esta compañía.

En el aeropuerto nos esperaba un taxi que ya habíamos reservado. Es la mejor manera de llegar al centro de Lima y precio correcto, pues son 25 dólares por casi una hora de viaje (que llegando a la 1:30 de la noche, una hora más en coche no nos hizo demasiada ilusión) pero el conductor, Miguel (tocayo) fue muy agradable contándonos la vida y verso de toda su familia.

Llegamos al hostal Eurobackpackers, que se encuentra en Miraflores. Dentro de Lima hay varios distritos que en realidad son como varios pueblos dentro de la gran ciudad con sus respectivos alcaldes. En el que se encuentra nuestro hostal es el considerado como más seguro (razón principal por la que lo escogimos) y está repleto de tiendas y restaurantes. Es hostal es bastante sencillo, pero de precio correcto (unos 12 dólares por persona y noche, desayuno incluido, habitación doble pero baño compartido).

Después de tanto ajetreo en los vuelos y con los cambios de hora y todo pensábamos que nos costaría más dormir, pero todo lo contrario, dormimos de maravilla. A las 8:30 ya estábamos en pie y desayunando y listos para salir a explorar esta gran ciudad.

Como Lima es muy grande decidimos llegar al centro en autobús. Es un servicio bastante eficaz porque hay buena frecuencia pero es limitado ya que no es suficiente: los autobuses van a reventar, la gente va como sardinas enlatadas y eso lo hemos vivido en primera persona. Baja una persona y suben 5. Así hemos ido durante todo el viaje.

Una vez en el centro histórico hemos empezado por la Plaza San Martín y hemos hecho una ruta que nos proponía la guía de alrededor de 1 hora y media pasando por las calles principales, iglesias y edificios importantes.

Nos metimos por la calle Jirón de la Unión, que durante muchos años fue una de las principales de la ciudad, aunque hoy en día es básicamente una calle peatonal comercial donde se pueden encontrar centros comerciales y pequeñas tiendas de recuerdos. También nos encontramos con La basílica de Nuestra Señora de la Merced, una de las mas reconocibles del centro histórico.

Hemos seguido caminando y hemos llegado a su plaza principal y la más reconocible de Lima: la plaza de Armas o plaza Mayor. Es la plaza donde se fundó la ciudad. Aquí se puede ver la imponente catedral de Lima de estilo renacentista y que es Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1988 (junto con todo el centro histórico). 

Este de aquí abajo es el edificio principal de la Municipalidad Metropolitana de Lima que comprende gran parte de los laterales de la plaza:

A media mañana hemos parado para tomar algo en el famoso bar Cordano (Jirón Carabaya 103). Se puede decir que es un local histórico, de hecho este año celebran los 110 años de andadura. En esta parada obligatoria hemos tomado su clásico bocadillo de jamón serrano (no el mismo serrano que en España) con cebolla marinada y para beber una buena jarra de "chicha morada" (bebida dulce a base de maíz). No ha estado nada mal. Eso si, hemos cogido energía para un buen rato.

Hemos seguido nuestro recorrido por un parque repleto de grupos de escolares haciendo jaleo desde donde hemos tenido unas vistas fantásticas del cerro de San Cristobal y su famosa cruz en la cima. Sin embargo la realidad es que toda esa zona de casitas que nos han recordado a las fabelas de Rio de Janeiro, es efectivamene la zona más precaria de la ciudad.

Aunque a mediodía han subido las temperaturas y se iba muy bien en manga corta, ya nos hemos dado cuenta que aquí es invierno y tanto por la mañana como por la tarde refresca así que hemos echado un vistazo a lo que la cultura peruana nos puede ofrecer en cuanto a moda temporada invierno 2015...

Hemos parado para ver la basílica y convento de San Francisco de Lima. donde se pueden visitar el museo y las catacumbas de la ciudad. 

No teníamos pensado parar a comer tan pronto, pero nos hemos encontrado con un vegetariano peruano que nos ha llamado la atención, pues tenía menú y estaba lleno de gente local. Se llama Villa Natura (Jirón Ucayali 326). Así que no lo hemos pensado mucho y hemos entrado. Hemos tomado un plato se que llama causa (en la foto) que es como un pastel de patata con toques cítricos riquísimo y tortilla de broccoli de segundo.

Miriam que "no tenía tanta hambre" se ha cogido una pequeñita ensalada de frutas con yogur bio, cereales y miel. Como decimos, pequeñita...

Total, que por los 3 menús que incluían bebida de fruta natural, los dos platos y postre más la ensalada de Miriam hemos pagado poco más de 10 euros (entre todos!). Increible y delicioso.

Porl a tarde hemos vuelto a Miraflores y hemos ido a visitar una de las atracciones de la zona: la Huaca Pucllana.  Es un sitio arqueológico perteneciente a la cultura Lima que data del 200 D.C.

Lo conforma una pirámide escalonada de 25 metros de altura y un conjunto de plazas, patios y recintos en un total de 6 hectáreas de terreno. 

En el lugar se han encontrado vasijas y diferentes elementos ornamentales, de posibles ritos funerarios y de ofrendas a los dioses.

En la entrada (12 soles adultos y 5 con carné docente) nos entraba una visita guiada en español que por supuesto aprovechamos. Nos llevó a lo largo y ancho de las ruinas con explicaciones bastante interesantes. Dentro del recinto además había una pequeña muestra de la fauna y flora que habitó en aquella época en la zona. Así que pudimos ver los famosos cuys (roedores como cobayas que aquí los comen) y las bonitas llamas peruanas que nos nos hicieron mucho caso.

La planta del algodón (sí, el algodón sale de una planta!) también era usada por los habitantes de la zona para la elaboración de sus tejidos.

 (no nos hemos podido resistir de poner esta foto jaja)

(saltamos para entrar uno poco en calor... porque durante la visita al aire libre fueron bajando las temperaturas hasta calarnos los huesos)

Y como no, después de tan larga visita teníamos que poner el broche final a nuestro primer día en Perú. Y hemos ido a comer a "Panchita" (Calle Dos de Mayo, 298) uno de los restaurantes mejor valorados de la ciudad y con muy buenas críticas por su fantástica relación calidad precio. La comida que ofrecen es auténtica crïolla y la verdad es que nos ha encantado.

Hemos comido unas brochetas de verduras (Miriam y Mike) y de carne (Carlos y Kike). Todo muy bien aliñado, bien presentado y un servicio estupendo. Los postres... los postres quitan el sentido! Hemos acabado pagando unos 15 euros por persona (qué diferencia con la comida del medio día) pero ha estado muy bien, muy recomendable.

De camino al hostal hemos pasado por una plaza muy concurrida en la que había un hombre haciendo de predicador rodeado de oyentes y luego en una especie de amfiteatro había decenas de limeños estaban celebrando una fiesta bastante improvisada de gente cantando con mucho sentimiento y aplaudido con fervor por todo el público ahí congregado. Y con esto que hemos puesto el punto musical final a este día.

Lima es una ciudad interesante. Es muy grande y hemos visto una pequeña parte (Centro y Miraflores), pero se ve que tiene mucha historia, mucho que contar en sus calles, sus iglesias, sus plazas, sus ruinas, sus edificios coloniales. Nosotros hemos estado por las zonas principales y más seguras, pero hablan de que hay otras que son todo lo contrario. La gente abarrota los autobuses y sus caras no transmiten precisamente alegría. No debe ser fácil ganarse la vida aquí. La gente pasea por las calles, por los mercados y llenan las plazas y los bancos donde parejas comparten confidencias. 

Se come bien y barato. Hay bastante tráfico (y el peatón no siempre tiene preferencia) y bastante contaminación (se ve nada más mirar al cielo). Pero nos ha gustado.

Mañana (osea hoy ya) volamos a Cusco que visitaremos tranquilamente para aclimatarnos a la altura (3400 m sobre el nivel del mar) y nos iremos acercando al Machu Pichu al que subiremos en un par de días.

Un abrazo a todos desde Lima. Os seguiremos informando de lo que vayamos mundileando ;-)