El Abel Tasman Park y llegada a la Isla Norte

Kia ora! (hola en Maorí)

Ayer visitamos el Abel Tasman Park que es el parque nacional más pequeño de Nueva Zelanda y sin embargo uno de los más bonitos. A los mejores rincones solo se puede acceder a pie o por mar y todo el parque está protegido por el Departamento de Conservación de NZ. 

Se pueden realizar un montón de actividades, como trekkings de más de 3 días con paradas en campings a lo largo y ancho del parque, esquí acuático, pesca, navegar o simplemente tomar el sol en las playas de agua turquesa. Pero sin duda la actividad más popular es el kayak. 

(aquí se puede ver el recorrido que hemos hecho)

El tour lo hemos hecho con la compañía Wilson's y lo recomendamos. A las 9 hemos salido de Kariteriteri en una lancha hacía la zona de Torrent Bay, una de las más bonitas del parque. Allí nuestra guía nos ha dado las explicaciones básicas de cómo hacer káyak. En realidad es muy fácil, pero tiene que haber coordinación entre los dos participantes. 

Hemos remado durante 1 hora y media por la costa del parque viendo la vegetación, los acantilados y formaciones rocosas a pie de océano. Nos han llevado a ver focas en un islote en el que habitan y hemos visto bastantes como jugaban en el agua y tomaban el sol tranquilamente.

La verdad es que no se nos ha dado mal, salvo algún momento que parecía que nos íbamos hacia las rocas (en pleno mar el agua estaba algo más agitada).

Hemos seguido en nuestro kayak hasta una playa recóndita y totalmente solitaria para descansar y comer algo. Hemos aprovechado para investigar y hasta para tomar el sol.

Sobre las 2 hemos retomado la actividad y hemos vuelto chino chano hacia la playa inicial en una horita más de remo coordinado.

Una vez en la playa hemos hecho una caminata de vuelta a otra playa,. Anchorage beach, donde hemos cogido un ferry que nos ha devuelto a Kariteriteri.

El camino por el parque, de vegetación densa y selvática ha sido muy chulo. Es parecido a un "camino de ronda" de la Costa Brava, casi siempre paralelo al mar y con unas vistas estupendas de los diferentes colores de las aguas del Abel Tasman.

(había muchos Oystercatchers (caza ostras)

Un momento muy divertido ha sido en un desvío que hemos tomado para ver Cleopatra's Pool, que no es más ni menos que una zona de riachulos en las que unas rocas recuerdan (con algo de imaginación) a la famosa reina griega tumbada sobre el agua. Pues el agua estaba fresquita, pero no nos hemos podido resistir! Y además hemos disfrutado como niños en un tobogán natural en la mini cascada. No dejéis de ver el video y lo podréis comprobar.

Hemos tomado el sol esperando a que llegara el ferry pensando en que estaría muy bien que todos los eneros fueran así de templaditos :-D

Después de un duro día de actividad física nos hemos relajado en el hostal, que por cierto está muy bien, con una buena ducha, un ratito en los sofás, hablando con la gente y preparando una cenita rica (ver foto) en estas cocinas tan chulas y bien equipadas que tienen en los hostales de Nueva Zelanda (ya la querríamos nosotros para casa).

Hoy nos hemos despedido del Abel Tasman Park y hemos puesto rumbo a Picton, desde donde partía nuestro ferry para la isla del norte. Una vez más, hemos tardado más de lo que pensábamos, porque nos hemos ido parando bastante por el camino.

(¿apetece un bañito?)

Hemos cogido el ferry a eso de las dos de la tarde destino a Wellington y finalmente hemos dicho adiós a la isla sur y sus maravillosos paisajes.  Éste, el Interislander, es uno de los dos ferrys que unen las dos islas. El viaje son 3 horas, pero el barco no está nada mal: hay restaurante, tiendas, zona de juegos infantiles y hasta un cine (de pago) así que uno no tiene por que aburrirse.

Nuestra primera impresión de Wellington ha sido muy buena. Definitivamente es una ciudad en toda regla, muy diferente a todo lo que habíamos visto antes en la Nueva Zelanda más rural: edificios altos, mucho tráfico, calles comerciales, etc... que no significa que sea mejor, pero sí diferente. Lo que nos ha gustado mucho es que se ve un ambiente muy artístico en las calles, mucha variedad gastronómica (decenas de restaurantes de todo tipo y muy modernos) y mucha oferta cultural (museos gratis, teatro, conciertos...) Hay que tener en cuenta que es la segunda ciudad más grande del país. 

Hoy nos hemos limitado a dar un paseo por el centro y a cenar por ahí (ya tocaba darnos un homenaje). Nos ha costado bastante elegir restaurante entre malayos, japos, libaneses, indios, mejicanos... y finalmente nos hemos decidido por uno que hay en la Calle Cuba, llamado Ombra, que estaba recomendado en la Lonely Planet y que nos ha encantado. 

Mañana descubriremos más esta ciudad que nos ha cautivado desde el primer momento. 

Un abrazo desde la isla Norte (ya nos queda muy poquito!)

Mike y Charls