Wellington y Tongariro Alpine Crossing

Hola chicos!!

Hoy os hablaremos de la ciudad de Wellington, que aunque le hayamos dedicado escasamente un día, nos ha sorprendido gratamente. Wellington es la segunda ciudad más importante de Nueva Zelanda y después de pasarte dos semanas en la isla sur viendo pueblos de diez habitantes, nos ha impresionado un poco con sus rascacielos (aunque tampoco os imaginéis ahora que esto es  New York). 

Es una ciudad moderna, muy cuidada y con esculturas modernistas por doquier. Además, tiene muchos boulevares comerciales y calles peatonales con muchas tiendas "chic" para los amantes del shopping. 

Otro punto a favor de windy Wellignton (se la apoda así porque suele hacer mucho viento) es que tiene varios museos gratuitos. Los dos más famosos son la City Gallery y el museo Te Papa. Cómo teníamos poco tiempo nos decantamos por el último, ya que tenía una exposición sobre los Maoris (los indígenas de Nueva Zelanda). El museo tiene como seis plantas repletas de exposiciones diversas: cultura Maorí, arte moderno, derechos civiles en Nueva Zelanda, etc. 

Después del museo nos fuimos hacía Cuba St, que es "La calle" por excelencia de la ciudad. En ella se aglutinan los mejores restaurantes y tiendas, y por eso está siempre muy animada. Realmente es impresionante la oferta gastronómica de Wellington, se nos hizo realmente dificil decidir donde comer. 

Nos dio tiempo solo a probar dos restaurantes: un italiano llamado Ombra y un restaurante indio-malayo. Si en la foto la comida parece apetitosa, imaginaros en vivo y en directo.  

Con ganas de quedarnos al menos un día más, pusimos rumbo al pueblo National Park que es la puerta de entrada al Tongariro Alpine Crossing. Esta caminata de un día es parte del Northern Circuit, que es otro de los grandes trekkings de Nueva Zelanda que se hace en unos 3 o 4 días. Pero al ser ésta la parte más bonita, se ha convertido en la excursión favorita de un día de los neozelandeses (y los turistas). Entre 60.000 y 70.000 personas lo realizan cada año. Son unos 20 kilómetros de travesía alpina donde se pasa de los 11 metros a casi 2000, para volver a bajar.

A las 7:15 nos esperaba el shuttle bus del hostal para llevarnos al inicio. 

El día ha amanecido despejado lo cual ha sido muy positivo porque nos habían contado que con mal tiempo no valía la pena hacerlo. También nos habían dicho que encontraríamos ríos de gente y para nada fue así. No éramos los únicos, está claro, pero nada comparado con la ascensión al monte Fuji!

Hemos empezado con ganas y buena marcha en un camino más o menos plano hasta que hemos llegado a la falda del monte Ngauruhoe.

Luego la subida se ha hecho más lenta ya que el desnivel ha sido considerable. Nos ha envuelto un paisaje oscuro de rocas volcánicas.

De pronto nos hemos encontrado una inmensa esplanada entre el imponente volcán Ngauruhoe y el monte Tongarino. El paisaje era casi de otro planeta. 

Hemos seguido subiendo y el viento ha empezado a azotar y con él, una temperatura más fresca. Hemos pasado por lo alto de una cordillera bastante estrecha.

Finalmente hemos empezado a descender con vistas los cráteres del volcán cubiertos de aguas de diferentes tonalidades de azul. La bajada no ha sido fácil pues en el terreno se hundían los pies y si no vigilabas la caída estaba asegurada.

Hemos seguido por un camino más o menos fácil durante dos horas en las que hemos visto  como, en efecto, el volcán sigue activo y finalmente hemos lllegado al último refugio en donde hemos hecho una parada para comer. Y como dicen que el clima en Tongariro puede cambiar de un momento a otro: se nos ha puesto a lllover.

Nos quedaban dos horas de bajada en zig zag bajo la lluvia que los hemos hecho rápido y adelantando a "to quisqui".

En total hemos tardado unas 6 horas en las que hemos disfrutado de una gran variedad de paisajes y naturaleza.

Después de pegarnos una buena merendola para recuperar los niveles de azúcares perdidos por "tal" esfuerzo físico, hemos retomado la marcha dirección las Waitomo Caves. 

Han sido dos horas de coche que se nos han pasado volando hasta llegar al pueblo de Otoronhanga, un pueblo minúsculo donde está el camping donde dormiremos. Nos hemos dado un paseo y no nos hemos podido resistir a hacer algún amigo por el camino...

Mañana más! Nos despedimos con esta foto de la escultura de un kiwi, pájaro emblema de este país. Hasta la próxima!

Mike y Charls