11/1/15

Routeburn track

Hola de nuevo!


Acabamos de llegar al hostal después de realizar una de las actividades más populares entre los kiwi (así se les llama aquí a los neozelandeses): Trekking. Les gusta tanto que el país está lleno de "caminos" que cruzan de cabo a rabo el país. Pero de entre todos ellos, existen sólo nueve que gracias a la espectacularidad de sus paisajes, accesibilidad y servicios son considerados "Great Walks". Los más famosos son Milford Track, Routeburn Track y Abel Tasman Coastal Park. Nuestra idea inicial era realizar el Milford Track, pero éste es el más popular y o bien reservas ocho meses antes, o no lo puedes hacer. Así que decidimos hacer el Routeburn Track, que es también uno de los más aclamados. El Routeburn track tiene una longitud de 32 km, atraviesa el Parque Nacional del Monte Aspiring y Fiordland y suele hacerse en 3 o 4 días. 

Desde Queenstown hasta el inicio de la ruta se tarda una hora y media en coche. Por el camino, se pasa por varios miradores y por el pinturesco pueblo de Glenorchy, que goza de unas vistas increibles. 

A pesar de que reservamos con más de un mes de antelación, debido a la gran demanda y a la vez, a la escasa disponibilidad de los refugios, sólo pudimos encontrar espacio en el primer y en el último de ellos, separados por 20 kiómetros el uno del otro.





Así pues el primer día teníamos que llegar al Flats Hut que está sólo a 1.5-2.5 horas del incio. Aunque debemos decir que no fue tan fácil como creíamos. Por qué? Pues porque habíamos llenado la maleta hasta arriba de comida, y junto con la tienda de campaña, los sacos de dormir, la ropa por si llovía, etc. parecíamos burros de carga. Atravesamos un bosque frondoso, que cruzaba repetidamente un torrente de agua cristalina, hasta llegar a una zona de hierba completamente plana que era nuestra zona de acampada. No hubiéramos imaginado mejor sitio para dejar nuestra tienda. 





Como llegamos pronto, montamos rápido la tienda de campaña y nos pasamos la tarde relajados tomando el sol, poniendo los pies a remojo y charlando con los compis de acampada mientras cenábamos. Nos fuimos a dormir pronto a sabiendas del duro día que nos esperaba por delante. 

 (este parece un buen sitio desde donde ver amanecer...)




Como hemos dicho antes, el segundo día teníamos que hacer la mayor parte de la ruta (unos 20 km). Así que nos levantamos a las 6 de la mañana y con un plátano y una barrita energética emprendimos la marcha que nada más empezar comenzó siendo cuesta arriba. Seguimos atravesando bosque durante 1,5 horas más hasta llegar a Falls Hut, el siguiente refugio, donde descansamos cinco minutos para comer algo más y volvimos a reiniciar la expedición. Dejamos atrás los bosques y empezamos a subir, subir y subir. Y al ver ese valle enorme de color verde intenso y rodeados por montañas enormes y nevadas, se nos olvidó la gran pendiente del camino y el peso de las mochilas. Fue un ascenso duro pero muy bonito, hasta que llegamos al refugio de la cima (Harris Saddle). 








Allí dejamos la mochilas e hicimos un "side trip" (un camino extra opcional) para subir a Conical Hill. Al principio parecía sencillo, pero cada vez se complicó más y acabamos medio escalando hasta llegar a la cima. Eso sí, una vez arriba, había unas vista de 360º de todas las montañas del Parque Nacional del Monte Aspiring. Nos hicimos un par de fotos rápidas, porque hacía un viento helado y volvimos a bajar hacía el refugio. Allí comimos algo más, cogimos las maletas y continuamos hacía la siguiente parada (el refugio del Lago Mackenzie). 







Fueron unas cuatro horas más de travesía alpina, con espectaculares vista del Valle Hollyford y de las montañas del Fiordland National Park. Las mochilas parecían que cada vez pesaban más y poco a poco el cansancio iba ganando terreno. Durante el último tramo de la travesía alpina tuvimos unas vistas increíbles del Lago Mackenzie, que era de un color verde intenso y que estaba rodeado de montañas con mucha vegetación.  








Nos volvimos a adentrar en el bosque para bajar hacía el lago y descubrimos un lugar mágico. De verdad, que parecía un bosque sacado de un cuento de hadas. Atravesamos el bosque que estaba formado por hayas totalmente cubiertas de musgo, muchos riachuelos y muchas sandflies (unos mosquitos muy tocacojones) durante una hora hasta llegar al refugio de Lake Mackenzie. Allí paramos para comer y reponer fuerzas. 




Hacia la 1 emprendimos el último tramo hasta el refugio del lago Howden, donde pasaríamos la noche. Fueron tres horas, donde las maletas ya nos pesaban demasiado. El punto más característico de este tramo fue una cascada de 134 m que era realmente impresionante. Así que sobre las cuatro de la tarde llegamos a nuestro refugio, donde pudimos liberarnos de las maletas por unas horas. 





Como era todavía temprano, decimos hacer otro "side trip" por eso de que "ya que estamos aquí".... Así que con lo que nos quedaba de energía, subimos hasta el "Key Summit" donde se pueden ver vistas panorámicas de todas las montañas de alrededor. Además hay un "Nature walk" de 30 minutos, donde hay cartelitos que te van explicando la historia de cómo se formaron las montañas, etc. 



  

Ya de vuelta al refugio, cenamos y estubimos jugando a las cartas con un español, un americano y una australiana (suena a chiste, pero no lo es). Cuando nos dieron las diez nos fuimos a dormir, porque estabamos muertos. Aunque la noche estuvo movidita, con algún individuo que hacía más ruido roncando que un concierto de Metallica. 



El día amaneció totalmente cubierto por las nueves y lloviendo a mares. Por suerte, nos quedaba sólo una hora de camino hasta el final de la ruta. Así que nos pusimos la ropa impermeable encima y a las 8 salimos para allí, con la intención de coger el autobús de las 10 (aunque habíamos reservado el de las 15h). Finalmente, el autobús de las 10 llegó lleno y tuvimos que esperar 5 horas hasta el nuestro, metidos en el saco de dormir porque hacía un frío que pelaba (no os cuento las pintas que llevábamos, que hasta un hombre nos ha preguntado si estábamos bien jeje). 



Así que a las 15h cogimos el bus y en cuatro horas nos plantamos de nuevo en Queenstown, donde hemos devuelto los sacos de dormir y la tienda de campaña, y hemos ido a cenar otra vez al mismo restaurante japonés que nos gustó tanto la última vez. 

Mañana cogemos un nuevo coche y emprendemos rumbo al norte. 

Un abrazo familia!!

PS: Como habréis notado, en esta entrada no hemos hehco mucho hincapié en el menú, y eso que ya sabéis que siempre nos gusta hablar de lo que probamos... No ha sido por casualidad. La verdad es que compramos muchisima comida enlatada, que hemos tirado casi la mitad. Así que si hay que sacar una moraleja de todo esto, es que hay que prestar mucha atención a lo que te llevas. Es mejor comprar comida deshidratada que ocupa muy poco, que latas de consevas de garbanzos, espaguetis con queso, pollo, etc. que pesa como un muerto y que si además tienes morro fino y no te gusta acabas tirando (eso sí las latas te las llevas contigo, porque no hay basuras por el camino). 



2 comentarios:

  1. Pues de todo se aprende, para la próxima ya sabéis que latas de garbanzos nooooo. Qué impresionante, desde la distancia parece mentira que esteis tan lejos y esos paisajes son increíbles. Vale la pena pasar por todo sólo por vivir esa experiencia. Muchos besitos. Un abrazo muy fuerte.

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  2. Que guaiiiiiii que bonitas fotos ¡¡¡¡¡¡

    Cuidaros mucho PP&MM

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