Kia Ora Mundileros! Qué tal?
Nosotros por aquí seguimos quemando los últimos cartuchos en el hemisferio sur.
Estos días no hemos parado.Después de Tongariro nos dirigimos a la zona de las Waitomo caves (o cuevas Waitomo). Dormimos en estas pequeñas casitas metálicas en un camping cercano.
A la mañana siguiente bien prontito fuimos a hacer una visita a las cuevas que fue muy interesante. Las Waitomo Caves es una región bastante turística de la isla norte, compuesto por decenas de cuevas subterraneas donde prácticar deportes de aventura. No obstante, el reclamo principal son los glowworms, esos gusanitos luminosos de los que ya os hablamos anteriormente.
Nosotros hicimos un tour para ver la cueva más famosa de la zona, por la cantidad de glownworms que tiene. Después de un recorrido guiado muy interesante, en la que el guía se enrrolló y nos llevó a una zona a la que no suelen llevar a la gente, nos montamos en una barca y nuestro guía maorí nos llevó a oscuras y en silencio por el río subterráneo donde disfrutamos de un espectáculo único. El techo lleno de lucecitas azuladas que parecía sacado de una película de Tim Burton.
Como no se pueden hacer fotos dentro para no molestar a los bichitos os dejamos un par de fotos cortesía de las Waitomo Caves.
Como no se pueden hacer fotos dentro para no molestar a los bichitos os dejamos un par de fotos cortesía de las Waitomo Caves.
La actividad duró casi una hora, de 9 a 10 de la mañana. Y a las 10:30 teníamos otra activdad en las cuevas pero esta vez más emocionante. Hicimos el Water Rafting. Pero no os imaginéis un rafting como los que se hacen por los ríos del Pallars Sobirà (en Cataluña) donde se baja por un río bravo a todo pastila. Aquí se trataba de deslizarnos en flotadores por los ríos subterraneos, pasar por grutas, lanzarnos al agua y observar más glowworms... y todo esto aderezado de unas aguas de no más de 12 grados! Fue la verdad divertido, vendría a ser como un barranquismo pero a un nivel de dificultad muy bajo (había gente de más de 60 años haciéndolo) pero valió la pena. Duró unas 3 horas y de nuevo, dentro de las cuevas, no podíamos llevar la cámara, así que os ponemos unas fotos de muestra de lo que fue el "rafting".
Por la tarde nos dirigimos a Rotorua y dormimos allí.
Rotorua es conocida por ser una ciudad que yace encima de una zona geotermal. Tal y como suena. Lo primero que llama la atención al entrar a la ciudad es el olor a sulfuro (o huevo podrido) y la cantidad de humos que ves salir de suelo, alcantarillas, estanques de agua a lo largo y ancho de la ciudad. En los mismos parques los "lagos" son de agua como poco a 38 grados, lo que demuestra que la actividad volcánica todavía no ha parado.
Además de todo eso, Rotorua es una ciudad en la que se mantienen comunidades de maories. Hay una zona en la que sigue viviendo una gran población maorí y además hay espectáculos turísticos en los que muestras sus costumbres, bailes, vestimentas y comida. Nosotros no fuimos a verlos, pero nos acercamos a una zona de la ciudad en la que había más referencias a esta cultura.
La verdad es que en la isla sur no habíamos visto casi maories, ya que parece que la mayoría habita en la isla norte. Se distinguen rápidamente por sus facciones ligeramente más asiáticas, su piel más oscura y sus múltiples tatuajes por todo el cuerpo, tanto hombres como mujeres y de cualquier edad.
A parte de todo esto Rotorua tiene este bonito museo de la ciudad.
Y un paseo marítimo muy tranquilo por el que pasear y que estaba lleno de patos.
Lo que sí que hicimos fue ir al parque geotermal más importante de Rotorua, Wai-o-tapu, ya que era una visita casi obligatoria si estás por la zona.
Primero visitamos las mud pools (piscinas de barro) las más grandes del hemisferio sur. Luego fuimos a ver el geisher Lady Knox, que aunque se originó de forma natural, hoy en día lo activan de manera artificial cada día a las 10:15 con productos químicos para que la gente pueda ver como sería en realidad. El chorro del geisher alcaza los 20 metros y puede durar hasta una hora.
Luego en el parque hay un recorrido de 1 hora y media en la que se pueden ver diferentes fenómenos naturales relacionados con la geotermia: cuevas de sulfuro, terrazas de silica, cráteres, lagos de color verde, rojo, azul, etc. en función de su composición, pero todos a casi 100ºC de temperatura.
A Carlos le ha gustado bastante. Mike no volvería. Pero en cualquier caso es curioso y vale la pena verlo si estás en Rotorua.
De ahí nos hemos ido a un sitio que no todo el mundo conoce, pero que una chicas nos recomendaron en un hostal. Se llama Kerosene Creek. Es una zona de ríos, a la que se accede a traves de un caminito estrecho de tierra. Y la peculiaridad que tiene es que el agua está muy caliente, a 38 o 39 grados porque sale directamente del interior de la tierra. Nos hemos mojado un poco pero no tanto como para hacer largos, porque el agua estaba realmente caliente. Pero ha sido chulo.
Y después de comer hemos puesto rumbo al que será nuestro último destino en Nueva Zelanda: Auckland.
Esto se acaba chicos!
Un abrazo y os seguimos contando!
Mike y Charls
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